¿Dónde estás, Francisco?

Foto de silla papal vacía

¿Dónde estás?

¿Dónde estás esta hora? ¿Dónde estás cuando el gallinero está revuelto por un documento infame, «indignante, vergonzoso y completamente equivocado«? (que no lo decimos los loquitos de El Blog del FAQ, sino el cardenal prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe). ¿Dónde estás? ¿Codeándote con los poderosos del mundo? ¿Sonriendo para las portadas de las revistas? ¿Intercambiando besitos con Tinellien vez de pedirle que no siga destruyendo moralmente a tu país? ¿Tomándote fotos con los gurises? ¿Dónde estás cuando se necesita que pongas la palabra clara, la doctrina recta, el camino seguro? ¿Por qué no dices ni una palabra para cumplir tu misión de confirmar en la fe a tus hermanos?[1] ¿O es que acaso no te interesa, y tienes todo calculado y querías que esto pase? ¿Te encantan la confusión y el alboroto, acaso? ¿Te encanta que no solo hasta los mejores en tu grey estén perplejos, sino incluso el propio mundo que te alaba? ¿Eres como el viejo maestro de bigotes largos de las películas de kung-fu, que sonríe indiferente con los brazos a la espalda mientras los buenos pelean con sus discípulos?

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¿Dónde estás cuando aparece un documento, de trabajo, sí, como quieras, pero absolutamente inaceptable para la Iglesia siquiera como documento de trabajo? ¿Dónde estás cuando, ya inaceptable como era, encima parece que lo han manipulado, al más puro estilo de política barata, y para colmo, por gente puesta por ti? ¿Dónde estás cuando ese documento casi no contiene citas sustanciales de la Sagrada Escritura,[2] pero aun así —por más que digan que no— pretende modificar la doctrina? ¿Un documento que prácticamente no contiene citas del magisterio que no sea tuyo o del Concilio Vaticano II, como si la Iglesia se hubiera inventado en 1965 o, peor, contigo, en el 2013?[3] ¿Un documento que cree que los males morales que atacan a la familia se solucionan como se soluciona sentir hambre? ¿Que contiene siete veces la vacuísima expresión «evangelio de la vida», sin que se sepa qué diantres es eso, al más puro estilo de términos tan ideologizados, vacuos y ambiguos como «misterio pascual» o «pueblo de Dios»? ¿Que sigue el mismo esquema equívoco y artero que ya conocemos desde el Concilio: escribir párrafos cuyas dos primeras líneas afirmen la doctrina correcta y en las siguientes seis la bombardeen a punta de sinembargos, noobstantes y hayqueconsiderarques?

Tienes que hacer algo, Francisco, tienes que hacer algo.

Tienes que hacer algo no solo porque eres el papa, el jefe cuando no vemos a Cristo (y créeme que en ese documento no lo vemos), sino porque todo esto empezó contigo: tú fuiste el que alabó a Kasper; tú fuiste el que añadió a esa loa pública —inusual en ti, dicho sea de paso, que no te caracterizas por alabar a tus obispos—… añadió, decía, un par de gestos innecesarios y ambiguos como para afirmar, sin decir, de qué lado estás; tú fuiste el que luego del nombramiento de los cuatro cardenales de los circuli, nombraste motu proprio a seis hombres tuyos para que se les opusieran.

¿No te das cuenta? Es más, ¿no te das cuenta de que todo empezó con tu pontificado? ¿Que antes de que subieras al solio pontificio nadie se planteaba cuestiones tan aberrantes como esas? ¿Que el documento tiene seis referencias a palabras tuyas como casi único fundamento para la barbarie? (casi el mismo número de citas de la Escritura, dicho sea de paso). Y, por otro lado, ¿no te das cuenta de que con el sínodo sobre la familia se juega la última carta que tiene la humanidad (la Iglesia católica es, prácticamente, el último reducto de sensatez sobre la familia que queda en el mundo)… la última carta, decía, sobre su propio futuro? El lobby abortista, el lobby gay, el nuevo orden mundial y todos, ya, digámoslo claro, lo saben muy bien: destruyendo a la familia se acaba con el mundo. Ahora que lo pienso, ojalá que no te hayas dado cuenta, porque si te diste cuenta, es casi casi como para darles la razón a todas las teorías de la conspiración que se juegan al respecto.

Pero debes hacer algo (¡y ya!) no solo por eso, sino por una razón que ojalá que te importe: debes hacer algo porque te van a pedir cuentas.

Conociendo tu carácter tan reacio a recibir críticas a tus ideas, a estas alturas debes de estar pensando que soy un majadero o que te estoy juzgando. No. Me preocupo por ti, más bien. Me preocupo porque te van a pedir cuentas allá arriba, en el Juicio (porque… todavía crees en esas cosas… ¿verdad?). Te pedirán cuentas de lo que ates y desates en la tierra, y aquí has desatado un lío fenomenal, y no precisamente evangélico.

Tú tienes las llaves, Pedro: ¡haz algo! ¡Y ya!

Pero cuando lo hagas, permíteme un consejo de hijo, padre mío, uno pequeño: al hacerlo, ten cuidado, porque a tu antecesor, al primero a quien le dieron las llaves, inmediatamente después de dárselas[4], le llamaron la atención con mucha claridad: «non sapis ea quae Dei sunt sed ea quae hominum».[5]

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[1] Lc 22, 32: «Confirma a tus hermanos».

[2] Si no es para manipularla, como en el caso de Mt 19, 8, en el n. 14, una enseñanza superada por Nuestro Señor en el propio pasaje citado, precisamente para aclarar que documentos como la Relatio son completamente contrarios a su voluntad y al bien del hombre luego de la plenitud de la Revelación.

[3] Apenas una cita de la Familiaris consortio de Juan Pablo II, completamente abusiva, por demás, pues la intentan utilizar para dar fundamento magisterial al principio de la gradualidad introducido maquiavélicamente para relajar la ley moral, cuando la propia Familiaris consortio, en el mismo numeral que están citando, dice a la letra que esta ley de la gradualidad «[…] no puede identificarse con la ‘gradualidad de la ley’ […]» (n. 34).

[4] Mt 16, 19: «Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado en los cielos».

[5] Mt 16, 23: «Pero volviéndose Jesús, dijo a Pedro: ‘¡Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres piedra de tropiezo, porque no estás pensando en las cosas de Dios, sino en las de los hombres’ «.

Nuevo Catecismo urbano

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Sobre la santa eucaristía, el Nuevo Catecismo Urbano explica lo siguiente:

  1. La misa es una actividad familiar organizada por las parroquias, los curas y la gente que se va a casar o a la que se le muere la abuela. Se trata de una oración comunitaria muy especial. En el caso de las misas de difuntos, es una oración en la que se pide por un muerto.

  2. En el caso de los curas, las hacen para sacar fondos —junto con las rifas—, también para tener algo que hacer.

  3. Las misas se hacen solo los domingos y solo si hay gente.

  4. Cuando uno vive lejos de una parroquia no es obligatorio ir ; y si se vive cerca de una pero en ella el padre no hace la misa bonita, tampoco.

  5. Tampoco es obligatoria cuando se va de viaje o en verano, cuando toca ir a la playa.

  6. Cuando uno es niño es pecado no ir; después ya no.

  7. La misa siempre vale aun cuando uno llegue tarde; lo importante es hacer el esfuerzo de ir.

  8. A veces, incluso, solo importa tener la intención de ir (sobre todo en verano).

  9. En las misas en las que pedimos por los difuntos con mayor razón vale solo la intención, pues se trata de misas menos importantes.

  10. Los sacerdotes están obligados a hacer las misas en las que pedimos por nuestros difuntos cuando se lo pedimos (el pago que se les hace es para eso).

  11. El momento más importante de la misa es el saludo de la paz.

  12. En las misas importantes y solemnes (es decir, en los matrimonios, bautizo o confirmación del hijo del compadre), el momento de la paz pasa a un segundo plano, y el momento más importante es aquel en el que se toman las fotos. El nuevo Código de Derecho canónico urbano protege a quienes espontáneamente se lancen a tomar fotos y filmar.

  13. Si a un fiel le vibra el celular en plena misa, no hay ninguna razón por la cual no deba contestar.

  14. Solo si el celular suena estridentemente y hace al fiel pasar vergüenza, podrá rechazar la llamada y no contestar (lo importante es no pasar vergüenza).

Addenda

  1. Con referencia al artículo 4, se considera que la misa es bonita si el padre habla bonito o si hace algo especial, como dejar que alguien dé su testimonio, que haga chistes (o que el padre mismo los haga) o si al final de la misa por el año de fallecimiento de la abuelita el coro canta «Amor eterno» y las mujeres lloran.

  2. Con referencia a  los artículos 4 y 5, la obligatoriedad se define del siguiente modo:
    • Domingos: solo cuando se puede (si no, no es obligatorio).
    • Sábados: solo si hay un bautizo o boda, dependiendo de qué tanto se conozca a los novios. (Está permitido llegar tarde).
    • Días de semana: nadie va, así que no hay que ir, salvo cuando se muere alguien.
  3. Con referencia al artículo 12: cuando se dice que el momento de la paz «pasa a un segundo plano», se está hablando literalmente: pasa al segundo plano (no al tercero ni al cuarto; es decir, no pierde la importancia gravísima que posee).

  4. Con referencia al artículo 14, cuando se rechace la llamada, naturalmente no será necesario apagar luego el teléfono; bastará con ponerlo en vibrador para ponernos en el caso descrito en el artículo 13.

Dado en Urbanilandia, por nos, Urbano Mundanus; siguen las firmas de los hombres y mujeres de nuestro tiempo.

(Tomado de la sección: «La oración del pueblo de Dios, en el contexto del misterio pascual,  ante las inquietudes del hombre hodierno»).

Chiste jesuita

 

El papa negro (si no entiende, querido lector, guglee).

El papa negro (si no entiende, querido lector, guglee).

Una familia argentina, residente en Italia, va a buscar a los franciscanos para pedirles un favor.

—Hermanos, estamos participando en un concurso para ganar un Maserati. ¿Podrían ofrecer una novena por nosotros, por favor?
—Claro, pero ¿qué es un Maserati?
—Es un auto de lujo, hermano.
—¡De ninguna manera! ¡Nosotros no rezamos novenas por esas cosas!

Entonces van donde los jesuitas.

—Hermanos, estamos participando en un concurso para ganar un Maserati. ¿Podrían ofrecer una novena por nosotros, por favor?
—¡Un Maserati! ¡Claro, tremenda máquina! Nosotros tenemos uno. Pero… ¿qué es una novena?

Lo malo del chiste es que es verdad.

Pero eso no es lo peor.

Lo peor es enterarse de que es verdad por un papa jesuita al que le molesta que se recen rosarios: son cosas del pasado, dice, cosas que dan risa, dice, cosas que le preocupan.

Adivine el personaje [II]

Como probablemente ya sepan nuestros lectores, cada dos años tiene lugar la Bienal de Venecia, una muestra internacional en la que distintos países exponen cosas a las que inexplicablemente siguen llamando música, pintura, escultura, arquitectura, etc. Supuestamente es un honor ser invitado a exponer un pabellón, y este año la Bienal ha condescendido en otorgar este honor al Vaticano. Embargado por tal reconocimiento, el Vaticano aceptó, y le encargó la organización de su pabellón a nuestro “Adivine el personaje” de esta ocasión. Adivínelo, estimado lector, y sáquese el aburrimiento postconciliar del cuerpo.

Nuestro personaje:

  • Ha dicho explícitamente que  “No quiere [nuestra muestra] ser arte litúrgico”, y que “No hemos pedido a los artistas crucifijos o vírgenes”.
  • En vez de eso, les dio “la garantía de hacer lo que quisiese[n]”, según testimonio de uno de ellos, el fotógrafo checo Josef Koudelka, a quien, por supuesto, seguramente todos conocemos porque es un importantísimo artista, muy renombrado, familiarizado con la Iglesia y con la creación bíblica y el pecado original (el tema del pabellón vaticano), tal como demuestran sus propias palabras: “La propuesta me interesaba mucho porque la ‘decreación’, la ‘destrucción’ es algo de lo que me ocupo desde hace 30 años. Lo que era importante para mí es que mi obra no fuese vinculada a la religión, que nadie preguntase si soy o no soy católico. Mi religión es la libertad”.
  • Con esa libertad, la institución de nuestro personaje pidió a los artistas que se inspiraran en los primeros once capítulos del Génesis, a los que se refirió con las siguientes palabras: “[…] misterio de los orígenes, […] la aparición del mal en la historia, […] la esperanza y […] los proyectos de los hombres tras la devastación simbólicamente representada en el diluvio”.
  • Como los artistas probablemente no lo entendieron, para explicarles mejor de que se trataba su oficina les dijo que eran “argumentos relacionados con la creación, la pareja, el amor, la salvaguardia del creado [errata por «de lo creado»] […] pero también la caída en el pecado original y por lo tanto el mal, la violencia, la opresión de los pueblos, el diluvio universal […] la peregrinación hacia la fe de Abraham”.
  • Nuestro personaje reveló que le habían encargado la participación del Vaticano en la edición anterior de la Bienal, pero que su oficina decidió declinar porque “No habríamos podido garantizar una representación verdaderamente significativa de artistas”, (cosa que sí le parece que ha ocurrido en esta ocasión).
  • Otros de los artistas escogidos por nuestro personaje son los milaneses de Studio Azurro, que se encargarán de la muestra «De la creación», el primero de los núcleos temáticos del pabellón. Se trata de una instalación audiovisual interactiva “que pone al hombre en el centro de la escena, y como tal alude al momento en que Dios lo crea”.
  • Nuestro personaje afirma que sus objetivos con la participación del Vaticano en esta muestra son «instaurar e incentivar las ocasiones de diálogo en un contexto cada vez más amplio y diversificado«, así como “sacar a la Iglesia de conceptos de principiante» en cuestiones artísticas.

¿De quién se trata?

a) Un artista liberal y ateo contratado por el Vaticano debido a un error

b) Una artista lesbiana postcomunista drogadicta atea proaborto miembro de Femen, encargada de la muestra

c) Un funcionario de la Bienal de Venecia designado para organizar la vaina del Vaticano (que nadie en la Bienal comprende), debido a que es el único que alguna vez hizo la primera comunión

d) El cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura y uno de los papables en la última fiebre electoral vaticana a raíz de la renuncia de su santidad Benedicto XVI.

e) N. A.

(Nota: Hemos recibido tantas y tantas quejas de nuestros venticuatro lectores por la dificultad de la anterior edición de nuestro jueguito, que en esta oportunidad hemos decidido soltar una pequeña pista: recuerde, querido lector, que el Sacrosanto Concilio Vaticano II ha querido que la Iglesia se abra al mundo y no al revés).

Pro multis

Q. Padre, una pregunta.

A. ¿Sí…? 

Q. ¿Por qué en la consagración dijo «por todos los hombres» y no «por muchos»?

A. ¿Eh…?

Q. ¿Por qué en la consagración dijo «por todos los hombres» y no «por muchos»?

A. Porque así está en el misal, ¿no?

Q. Pero la Santa Sede ha dicho que de ahora en adelante es mejor utilizar la fórmula «por muchos», que es más fidedigna: es la misma que usó Nuestro Señor en la última cena.

A. Sí, pero eso… ¿es una orden, acaso, eso?

Q. Bueno, la carta del cardenal Arinze…

A. ¡Bueno! ¡Es una carta, nomás…!

Q. …del prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

A. Bueno, bueno…

Q. ¿Y la instrucción Liturgiam authenticamque entró en vigor en abril del 2001? ¿Y la carta del papa Benedicto al presidente de la Conferencia Episcopal Alemana¿No lo sabía?

A. Sí, sí lo sabía. ¿Y?

Q. ¿Y el hecho de que Jesucristo en el Evangelio no haya dicho nunca «por todos» sino «por muchos»?

A. Sí…

Q. ¿Entonces, por qué dijo «por todos los hombres»?

A. Y, no sé, hijo, ¡seguramente la costumbre!

Q. Ah, ¿entonces usted consagra la sagrada eucaristía por costumbre, por rutina?

A. …