De papolatrías y papólatras

Idolatría (Cesare Ripa)

Idolatría (Cesare Ripa)

Q. A veces no sé si estás a favor o en contra del papa.

A. ¿Del papa o del papado?

Q. ¡Es lo mismo! Pareces enemigo, más que amigo.

A. No son lo mismo, y es peligroso confundirlos.

Q. ¿Perdón?

A. Ocupar el sillón del papado no convierte al varón en cuestión en un santo en vida, ni en infalible ni en incorruptible. Para que quede claro, quiso Nuestro Señor instituir el papado y dejarnos en él al peor de sus discípulos.

Q. Pero el papa… ¡es el papa!

A. Sí, y también tiene un nombre, y va al baño, y caga, y come, y se cae de sueño por las noches. Es un ser humano como cualquiera de nosotros…

Q. Pero es infalible…

A. Solo cuando habla ex cathedra y cuando hace uso de su magisterio extraordinario en materias de fe y moral (que lo hace poquísimo: para que te des una idea, los últimos dos papas antes de Francisco no usaron ese magisterio casi nunca; Juan Pablo II, apenas si en un par de ocasiones, y Benedicto, nunca, descontando en ambos casos las canonizaciones —que, por cierto, son también materia discutida por teólogos: no todos están de acuerdo en que una canonización es infalible—). En todo lo demás se puede equivocar, incluidos encíclicas, exhortaciones, mensajes, entrevistas, opiniones, etc.

Q. Pero, bueno, ¿cuál es el problema? Hay que estar con el papa siempre, en todo, con todo, con fuerza y, en ese caso, es mejor pecar por exceso que por defecto.

A. No, no lo es, porque si bien es bueno defender el papado, hay que hacerlo sin sacrificar la verdad, y sin sublimarlo y convertir  cada gesto de un papa en un gesto del papado. Cuando una intenta defender a la Iglesia ante gente medianamente inteligente se ve claro: es suponer idiotez en el interlocutor intentar convencerlo de que todas las decisiones y opiniones de cada papa de turno son geniales y acertadísimas, o pretender que no se dé cuenta de que intentamos convencerlo de eso: Dios hizo inteligentes incluso a los ateos (!). Eso a veces aleja más que acerca a la fe.

Q. Vamos, no es para tanto…

A. Claro que sí. Te pongo tan solo un ejemplo. Cuando este papa se decida a vender los tesoros del Vaticano (que estoy segura de que de alguna manera algo de eso hará), ¿cómo harán los papólatras clásicos para defender lo que antes criticaron? ¿Cómo hará José Miguel Arráiz? ¿Cómo hará Alejandro Bermúdez para defender que ahora sí es una buena idea vender los tesoros cuando antes hasta insultó a quienes pensaban así?

Q. Bueno, los tiempos han cambiado y…

A. No es un problema de tiempos que cambian; es un problema con respecto a la verdad misma: ¿cómo es posible que un argumento sea falso en el 2007 y verdadero en el 2013? Con tanto papólatra, papaboy o papagirl suelto por ahí gritando fascinado que todos los actos sui generis de este papa son geniales como geniales eran los del papa anterior que hacía lo contrario, uno se acuerda con más razón de Benedicto XVI cuando advertía acerca de la crisis de la razón: ¡cuánta razón tenía!

8 comentarios el “De papolatrías y papólatras

  1. Wamba dice:

    Desgraciadamente hoy día ya apenas quedan católicos, hay papólatras.

  2. Cuando publicamos este articulo http://nacionalismo-catolico-juan-bautista.blogspot.com.ar/2013/03/en-defensa-del-prof-dr-antonio.html solo recibimos insultos, cuando lo más insultado hoy en día es el sentido común, la coherencia y por sobre todas las cosas la memoria. Adhiero completamente a su articulo.

    • El FAQ dice:

      Hola, Augusto TorchSon. Fuerza. Nosotros también recibimos insultos, y de gente que hasta ayer decía apreciarnos mucho: así se nos prometió en el Evangelio. Saludos.

  3. […] que de otra manera no se puede enlazar en continuidad la obra litúrgica de ambos pontífices, geniales los dos al mismo tiempo, por […]

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